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Jueves, 26 Diciembre 2019 20:42

La escuela española de los primeros años 30

 

Conferencia impartida en el Centro de E. Primaria “La Arboleda” de Soria

Con ocasión de las celebraciones del 75º Aniversario de su creación

                                             

Vuestro Centro de Enseñanza de “La Arboleda” es un ejemplo ilustre del enriquecimiento de equipamientos escolares que llevó a cabo en este país la II República. La situación cultural y educacional del país en los primeros 30 reclamaba a gritos una intervención enérgica de los poderes públicos para dotar a España de maestros y escuelas que la salvaran de la incultura:

  • Casi la mitad de la población era analfabeta
  • Había una manifiesta escasez de centros docentes y una deficiente calidad en los ya existentes, pero se desconocía la situación real porque los últimos datos disponibles en el Ministerio se referían a 1926.

Apenas proclamada la República el 14 de abril, se hace cargo del ministerio de Instrucción pública Marcelino Domingo, regresado del exilio el día 15. A través de Rodolfo Llopis, Director General de Enseñanza Primaria, el Ministerio pone en marcha una encuesta en la que se pide a los Consejos de Inspección provinciales que antes del 5 de mayo elaboren una relación nominal de pueblos de esa provincia con expresión del número y clase de escuelas que tiene actualmente y número de clases unitarias, mixtas o graduadas que es preciso crear para tener cumplidamente atendidas las necesidades de enseñanza.

Así se pudo conocer que en España existían en ese momento 35.716 escuelas nacionales pero también que eran necesarias otras 27.151. Dicho en otra cifras: el Estado atendía las necesidades educativas de un 1.800.000 niños y tenía desatendidos a otro 1.697.000. Paradójicamente desde la ley Moyano del 57 (¡1857!) la enseñanza primaria era obligatoria en España.

La República decidió atender este mandato legal lo cual supondría abrir inmediatamente 27.151 escuelas. Eso era evidentemente imposible: no había ni Hacienda ni cuerpo de Maestros que sustentara este cambio.

A ello había que añadir que, según se desprendía de la encuesta elaborada y de la Memoria que en 1910 había presentado el ministro de Instrucción pública a las Cortes, más de 10.000 escuelas están en locales alquilados y de ellos muchos constituyen verdaderos atentados a la salud de la infancia. Hay escuelas confundidas con los hospitales, con los mataderos, con los cementerios, con las cuadras. Hay escuela que sirve de entrada a un cementerio y los cadáveres son depositados en la mesa del maestro para entonar los últimos responsos. Otra en que los pobres niños no pueden entrar hasta que no sacan a las bestias que van a pastar; otra que es depósito de estiércol en fermentación y se le ocurre a alguna autoridad local decir que de esta suerte los niños están más calientes en invierno. Un Inspector de Cataluña denuncia que en su jurisdicción existe una escuela conviviendo con una cárcel, otra instalada entre un salón de baile y un café. Otro Inspector habla de un local-escuela utilizado como toril cuando en el pueblo hay capeas…

Los presupuestos de la Monarquía del año 31 preveían la creación de 1000 escuelas con 8.500.000 pesetas (de las que ya se habían gastado en abril 3.700.000). El nuevo gobierno decidió que, ya que le resultaba imposible construir inmediatamente 27.000 escuelas, crearía durante cinco años 5000 cada año, menos el primero que construiría 7.000. De todas formas se acometieron nuevas construcciones.

Pero estos exiguos 4.800.000 pts. no fueron el único problema con que se encontró el nuevo ministro: los presupuestos de Hacienda para 1932 fueron claramente restrictivos: eran unos presupuestos de liquidación. Sólo se pudieron salvar para nuevas construcciones escolares 9.900.000 pts que apenas alcanzaban para continuar las obras puestas en marcha en el año 31. Se quería disponer de 400 millones para, en ocho años como máximo, construir de 20 a 30.000 escuelas.

No se quería hacer un empréstito que podría haber lastrado la marcha económica de la República. Se pediría la colaboración del Instituto Nacional de Previsión y de las Cajas de Ahorros. El Estado emitiría obligaciones que absorberían dichas entidades y las recogería a medida que las amortizara en el presupuesto de sucesivos ejercicios. Este sistema de emisión de obligaciones del plan nacional de Cultura por valor de 50 millones cada año haría que los 400 millones no llegaran costar al Estado más de 420 mill. a la hora de la amortización final.

Otro factor interesante a la hora de rentabilizar esta espléndida inversión de 400 millones sería la colaboración de los Ayuntamientos cuya participación en las construcciones y donación de solares reducía en más de la mitad el coste que cada escuela suponía al Ministerio cuando este afrontaba los gastos en solitario. Especial mención merece la colaboración con el Ayuntamiento de Madrid que condujo a que sólo en esta provincia se construyeran en dos años 514 escuelas.

Este proyecto de ley, con el nombre de “Plan nacional de Cultura”, se presentó a las Cortes el 26 de agosto. Revisado por Hacienda, pasó al salón de sesiones donde se aprobó por unanimidad, sin discusión.

Como resultado de este plan nacional, y para ceñirnos sólo a los datos relativos a construcciones de 31 al 33, nos referiremos aquí a los datos recogidos por Rodolfo Llopis:

            Desde el 31 de julio de 1931 hasta el 14 de abril del 33 se han creado 9.620 escuelas (unitarias, mixtas o graduadas).

            Según reza el cuadro sinóptico que recoge y desglosa por provincias el número de esas construcciones, la provincia de Soria hasta abril del 31 disponía de 649 escuelas que, en esos dos años del 31 al 33, se vieron incrementadas en otras 53. Entre ellas todavía no se cuenta vuestro Centro de “La Arboleda” que sería creado en 1934.

            Realmente resulta admirable este esfuerzo por dotar a la sociedad española de cantidad suficiente de escuelas. Pero de nada o de muy poco hubiera servido esto de no haberse planteado el estado sumar la calidad a la cantidad. Rodolfo Llopis (futuro Director General de Enseñanza Primaria) en un artículo publicado en Crisol el 16 de abril hacía en este sentido la siguiente declaración de principios:

            La escuela en la República no es sólo un problema de cantidad. Es, fundamentalmente un problema de calidad. La República tiene que hacer muchas escuelas, pero cuidando que la escuela sea verdaderamente escuela. No sólo por el edificio y el material sino por el espíritu que ha de vivificar la diaria labor docente. La República tiene que hacer maestros nuevos, los maestros que necesita el país en esta hora decisiva. Pero tiene además que utilizar a los maestros actuales. El estado ha de sembrar de escuelas pueblos y aldeas y cada escuela tiene que ser la verdadera célula rural de la República. En torno a la escuela ha de girar la vida del pueblo. La escuela ha de ser el verdadero Hogar Infantil durante el día y la verdadera Casa del Pueblo durante la noche…           

            El gobierno – todavía provisional – de la República traía un programa educativo redactado previamente por su Comité de Educación que recogía proyectos como los siguientes:

  • Se procederá a dotar a los pueblos del número de escuelas que el censo de población exija, procurando que se hallen todas provistas de lugares de esparcimiento, baños o duchas, huertos en las rurales y talleres de iniciación en oficios en las urbanas.
  • La escuela asociará a su labor a los padres de familia, concediéndoles una labor cooperadora, tutelar y fiscalizadora; desarrollará una acción social organizando audiciones, cine, lecturas comentadas, excursiones…
  • La escuela instalará cantina (comedor) y ropero escolar para quienes lo necesiten, considerándose esta obligación primaria del municipio (¿)
  • Será adoptado el principio de obligación social de ayudar a los mejores.
  • Se crearán escuelas de reeducación y perfeccionamiento profesional
  • Los maestros, antes de comenzar su labor, habrán de cursar Bachillerato y practicar en una escuela modelo que se designe en cada provincia o localidad. En estas se ensayarán las novedades metodológicas más interesantes para el ejercicio profesional. El sueldo inicial de los maestros será elevado hasta que puedan alcanzar una remuneración que les permita vivir con holgura.

Continuaba la enumeración con proyectos relativos a reorganización y mejora de la Inspección, de los Institutos, Normales y Universidades, ampliación del número y calidad de las becas a alumnos excelentes…

Evidentemente todo esto era una relación de proyectos de deseado cumplimiento, pero clara y explícitamente asumidos por las autoridades ministeriales. Todos supondréis que no se consiguieron todos estos resultados en buena parte de las escuelas, pero tenerlos como algo que se debía conseguir hizo que en muchos casos así se lograra. No es más que algo perfectamente comprobable aún hoy día la calidad de muchas de las construcciones que sirvieron de escuela en su momento. Y no estoy pensando únicamente en Centros como el vuestro que fueron sin duda en su tiempo un alarde de calidad en la construcción. Estaba ahora recordando esas aldeas abandonadas que tanto abundan en el Pirineo de Huesca en las que con frecuencia sólo quedan en pie la iglesia y la escuela. LLegados a este punto os contaré una experiencia de clase:

Pero me interesa especialmente en este momento resaltar la gran preocupación del gobierno de la República por la formación de los maestros, por atender a dotar a la escuela de medios para que cumpliera su acción social, pero sobre todo a capacitar al maestro para convertirlo en sacerdote de esta función y a dar al maestro de la nueva sociedad democrática la jerarquía que merece y merecerá haciéndole acreedor a ella.

Son estas palabras textuales del decreto de 29 de septiembre del 31 que regulaba la reforma de la Escuelas Normales de Magisterio.

Recogeré aquí algunas de las características de este decreto que proponía

  • la FUSIÓN en una sola de las Normales que en casi todas las provincias eran dos: de maestros y de maestras. Se entiende que con eso se mejora la formación profesional y humana del maestro, se consigue una notable economía para el estado que redunda en un incremento de la calidad pedagógica de estos Centros.
  • COEDUCACIÓN que se deriva de la fusión de Normales y que se entiende como especialmente conveniente en ellas que además son el único centro docente del estado en este nivel en que no estaba implantada la coeducación.
  • LIMITACIÓN DE ALUMNOS Y COLOCACIÓN. Se establece como máximo el número de cuarenta. Para ello se les selecciona con severos exámenes de ingreso. Al terminar con éxito sus estudios cada alumno tendrá una plaza de maestro en el escalafón dotada inicialmente con 4.000 pts
  • NUEVA FISONOMÍA PEDAGÓGICA. Se exige el título de Bachiller para acceder a la Normal tras superar un examen. La formación será fundamentalmente pedagógica con un fundamento filosófico que asegure la madurez del alumno al finalizar estudios. Se enriquecen los planes de estudio con conocimientos filosóficos, pedagógicos y sociales, con metodologías especiales y con materias artísticas y prácticas. Se cuidará también que cada futuro maestro intensifique sus estudios en una dirección acorde a su particular disposición.
  • CULTURA GENERAL. Se precisará para entrar en la Normal el título de Bachillerato con lo cual el candidato vendrá dotado de una cultura generalista y de una experiencia de convivencia con quienes después se orientarán en otras direcciones. De este modo se conseguirán profesionales de alta flexibilidad espiritual, dotados para el trato de gentes y decididos vocacionalmente hacia la docencia.
  • COLABORACIÓN. A todos los niveles con la Inspección (exámenes, cursillos, prácticas,…) Se pretende colaboración de Institutos y Unversidad.
  • SEMANAS PEDAGÓGICAS. Para adaptar a los antiguos maestros y enriquecer los valores pedagógicos de los nuevos, se organizan semanas peda. en que los maestros comparten experiencias con los maestros más prestigiosos, conocen técnicas pedagógicas nuevas, visitan industrias típicas, hacen excursiones… 26 provincias iniciaron estas Semanas por las que en dos años pasaron 20.000 maestros que de esta forma superaron el aislamiento de la escuela rural y enriquecieron su docencia.

No resisto en este momento la tentación de reproducir algunos de los pensamientos e ideales pedagógicos de una de las muchas figuras de la docencia que el sistema arriba bosquejado aportó a la escuela española. A la hora de escribir mi novela me documenté en las memorias de algunos maestros ilustres de mi tierra aragonesa. Me llamaron especialmente la atención dos personalidades del Magisterio español: Santiago Hernández Ruiz y María Sánchez Arbós. Me centraré ahora en María Sánchez para daros a conocer algunas de sus reflexiones sobre lo que ha de ser una escuela y su maestro recogidas en su libro Una escuela soñada.

  • El maestro ha de ser un espíritu observador. Un maestro observador y amable arrastra las almas de los niños y las lleva sin esfuerzo a donde quiere.
  • El maestro ha de creer en los niños, acompañarlos y ayudarlos a creer en sí mismos, proponiéndoles retos que pueden alcanzar, no pidiéndoles lo imposible
  • El maestro conquista al niño cuando se pone a su altura y le transmite cariño. En correspondencia, el niño ha de reconocer la autoridad del maestro.
  • El maestro ha de ser afectuoso y, por otra parte, saber dominar la clase.
  • Otra cualidad necesaria del maestro es su capacidad para medir el tiempo: no caer en un activismo ciego ni en un verbalismo estéril.
  • El buen maestro debe dominar el arte de perder el tiempo, de demorarse en las cuestiones que han interesado al niño. Aunque se resienta la posibilidad de cubrir todo el programa.
  • El maestro debe sacar todo el partido a los asuntos que aparentemente son más simples. Enseñar es el arte de dominar la sencillez.
  • El buen maestro ha de potenciar la autonomía e iniciativa de los niños y, al mismo tiempo, ha de intervenir, ayudar al niño, no dejarlo desamparado en una libertad estéril.
  • Más allá de los programas, el maestro debe ayudar a que el niño desarrolle sus dos armas más estimables para enfrentarse a la vida: la sencillez y la decisión.

En una escuela del tipo de la soñada por María Sánchez Arbós quise que comenzara a ambientarse la novela que hace unos años escribí y que acabé titulando La niebla del olvido. Digo que comenzara porque La niebla…se desarrolla en dos partes: la primera alrededor de una escuela de pueblo en los años 40 y la segunda en diversas localizaciones del año 2000.

Esta es la narración de una historia real montada con una técnica realista. Quizás algunos o muchos de vosotros hayáis sacado la conclusión de que narro en mi libro unos avatares que pertenecen a la realidad histórica de este país.

No. La técnica realista a la que me refiero es eso, técnica, artificio. Narro una historia que pudiera ser real, y la cuento como si lo fuera. Estamos pues ante el viejo concepto de la verosimilitud.           

Otro asunto diferente es si en el entramado de esta historia entran en composición datos que pertenecen a mi experiencia personal. Hablaremos de eso si lo deseáis más tarde. Seguramente es algo inevitable: incluso quien escribe literatura fantástica vierte en ella su intimidad, sus anhelos, sus frustraciones,…

Consideración aparte merece la idea de realidad. Idea que se suele contraponer muy ligeramente a la de ficción. Lo que pomposamente definimos como LA REALIDAD verdaderamente NO EXISTE. Nos se trata más que de la abstracción que hacemos cada uno de nosotros a partir de nuestras percepciones del entorno a la que otorgamos la calidad de REALIDAD ÚNICA Y OBJETIVA.

Llegados a este punto os contaré una experiencia de clase.

La realidad y la ficción: hermoso tema.

J. L. Borges dice que la que llamamos realidad no es sino el resto de antiguas imaginaciones.

A. Lobo Antunes: La imaginación es la memoria fermentada.

Coleridge concibió un poema en el que un poeta se traía una rosa de uno de sus sueños.

Cervantes también en esto dio con la fórmula magistral en el episodio del yelmo de Mambrino….. La realidad baciyélmica sería la propia Literatura.

Aún os voy a proponer otra consideración: la de que la ficción puede en algunos casos adivinar, adelantar una realidad que después sucede y se confirma:

  • Julio Verne nos cuenta historias de artilugios de navegación, de viajes imposiblesque luego han sido parte de la realidad.
  • Otro Julio contemporáneo nuestro, J. Llamazares, escribió en La lluvia amarillala historia de la vida de un último poblador de un pueblo abandonado. Terminada la novela buscó un pueblo abandonado real donde situar la historia. Provincia de Huesca, casi 300 pueblos abandonados. Listado. Selección de Ainielle. Visita y comprobación: en ese pueblo quedó un último poblador que vivió años solo, y….

En la misma obra Llamazares termina con una frase estremecedora que todos le hemos alabado como gran creación artística: La noche queda para quien es. Bueno, pues Julio confiesa a quien le quiera oír que la frase es copiada de una abuela….

En La lluvia amarilla también Llamazares cuenta que aquel último poblador murió solo y, cuando lo encontraron, los pájaros le habían comido los ojos. Él cuenta que hubo quien le dijo que allí se le había ido la mano, que vaya barbaridad; y sin embargo Julio tomó esa anécdota de un número de un periódico, La Nueva Alcarria de Guadalajara.

Todo esto no quiere decir que la ficción novelesca no se base, siempre que opte por un enfoque realista, en datos tomados de la historia. Yo mismo os he confesado haberme documentado en las memorias de personalidades como Santiago Hernández o María Sánchez Arbós. Pero esta y otras documentaciones, mi experiencia vital, mi forma de pensar no forman sino el sustrato, el humus sobre el después crece una novela.

Si la Literatura realista no es exactamente un documento de la realidad, de esa realidad por otra parte tan inaprensible, ¿de qué sirve?, como alguien ha dicho ¿nos hace mejores?

No en el sentido moral, no mejores personas. Sí nos hace más sabios, más conocedores. El zoom de la narración novelesca

nos acerca, nos pone en contacto revelador con realidades concretas, quizás las únicas verdaderamente existentes, y nos las explica hasta el fondo, incluso nos desvela que en ciertos puntos la realidad nunca tendrá explicación, ES INEXPLICABLE.

Nos hace vivir más vidas (Gª Márquez)

Nos hace sentir, palpar lo inalcanzable o inalcanzado

Podemos gozar lo que nos pasaba inadvertido

Contemplar la cara oculta de la luna, de la vida.

Por eso todos debemos leer y algunos tener la osadía de escribir.

Jueves, 26 Diciembre 2019 19:52

Del Amor y otras miserias

 

 

  

del amor y otras miserias 1

[Los componentes del grupo Oroel Teatro de Jaca, que llevaban intención de representar una serie de piezas cortas de Rafael Mendizábal, pidieron al autor que les escribiera unos textos que dieran al conjunto del espectáculo la sensación de unidad que se suele esperar de una representación teatral. Los que siguen son los personajes y textos que creó Javier Gracia con ese fin. Al conjunto del espectáculo le dio el título de Del amor y otras miserias. Las piezas cortas de R. Mendizábal ensartadas por los textos de J. Gracia fueron La limpia, La sucia, El funcionario,El tonto de baba,Una lágrima en la arena, Náufragos, El aniversario, Hija no hay más que una, Té para dos, Callada como una muerta e Hija de mi alma con la distribución y estructura siguientes:]

 

 

 

 

 

  

TEXTO DE LA ADAPTACIÓN

(Baja la luz en el patio de butacas. Momentos después comienzan a oírse voces en una de las puertas de entrada .Es una mujer que protesta ,cada vez más airadamente, porque no le dejan entrar)

 

OTILIA.- ¿Cómo que no puedo pasar? Oye, niña, más respeto a una señora que a ti te está tratando con educación (Se oyen las réplicas en voz baja de la portera) Yo hablo en el tono que me da la gana. Y voy a entrar porque la conferencia no ha empezado. Además yo conozco desde cría (engolando la voz) a la Superintendente de Acomodadoras, mi vecina la Lola. ¡Lola, hija mía, sálvame de esta indígena!

LOLA.- Pero ¿qué haces llegando a estas horas, Otilia? Has tenido suerte de que al conferenciante parece que le ha dado un jamacuco antes de entrar y se está recuperando en el despacho del Jefe.

OTILIA.- Oye, búscame un sitio en primera fila, que me han dicho que el conferenciante... está como un pan.

LOLA.- No vayas a creer, es más bien feo. Lo malo es que las primeras filas están a tope.

OTILIA.- Pues, oye para estar lejos...

LOLA.- (Yendo y viniendo por debajo del proscenio) Vamos a hacer una cosa: tú te sientas en esa silla (señalando una que hay a la izquierda del proscenio) y te estás calladita ¿eh? muy callada: no le vayas a dar conversación al conferenciante como al XXXXXX en la tele.

OTILIA.- ¡Qué cosas tienes! Oye, cuánto tardan ¿no? ¿no habrá palmado el conferenciante? ¿Y, cuando venga, contará cotilleos de la tele?

LOLA.- ¡Serás burra! Sepas que la conferencia se titula nada menos que El potencial sociológico de la industria mediática.

OTILIA.- Qué coñazo ¿no? (pausa) ¿Y si les contáramos a todos estos las historias y cotilleos que nos sabemos tú y yo? Yo me sé muchas, eh, y muy buenas. De cuando era vendedora de libros, antes de casarme ¿me explico? (recita) ¡Editorial Universo Mundo, la mejor oferta editorial del siglo!. Me leí todo el catálogo: yo siempre he sido muy profesional. Me acuerdo de una historia de cuernos de una francesa que se llamaba Ema Bovari... (acentuación española) o algo así. ¡Qué carácter! Al final se suicida... no te digo más. Pero yo siempre he pensado que historias como las de mi barrio... No sé si te he contado alguna vez la de mi hermana, la Salus...

LOLA.- La verdad es que de nuestro barrio hay historias... Pero a mí, chica, siempre me han gustado las novelas. Después de lo de mi prima Tere (que esa también fue buena, la verdad) a mi me tuvieron encerrada, nadie se explica por qué. El caso es que me leí completa la Colección Chinchilla. ¡155 cm de larga! Ya sé que no es criterio pero es que, desde lo de Tere, se me ha quedado una obsesión por las medidas... ¡Qué novelas! Las Enciclopedias esas que tú me has contado que vendías, tan bonitas, no me gustan No sé ni cómo las compra la gente: debe ser para llenar estanterías. Quién se va a leer una Enciclopedia, a ver. Bueno acuérdate de aquel caso que salió en los periódicos: ¡el caso Gutemberg! Sí, mujer, un tío que se volvió majara leyendo la Enciclopedia Espasa, que hay que ser burro, y, cuando llegó a la palabra Gutemberg, le dio por hacer una copia de sí mismo y se metió en la prensa laminadora de la fábrica donde trabajaba. De cintura para arriba, como un filete de mortadela se quedó.

OTILIA.- Ya me acuerdo, ya. Pero, hija las enciclopedias me daban una pasta... Me acuerdo de que, un mes antes de casarme, vendí una de ¡6 m 40 cm! (Lola se extasía) Que, cuando le dije luego a mi jefe, que dejaba el trabajo y me casaba, aquel roñoso cabrón me dijo que si, con el pellizco de la enciclopedia, me iba a establecer por mi cuenta. Ahora gustarme, gustarme, las novelas, sobre todo las de polis, de investigadores ¿me explico? Aunque ya te digo que las historias de las novelas al lado de las que yo me sé de mi (silabea) entorno social ( ¡cómo hablo, eh! Lo que es haber leído) pues que se quedan pálidas, tía. Porque a ver... Oye, Lola, en serio. Podríamos contarle a esta gente (señalando al público) las historias de nuestro barrio que tú no sé pero yo me sé unas cuantas (hace el gesto de pronunciarla sílaba “co”pero se arrepiente al ver al público) pistonudas. Mira, por ejemplo, tipos (o tipas, como se diga) como mi vecina Maruchi no los he encontrado en ninguna novela. (Sube al proscenio) Mi sobrino, el calvo, que es muy redicho y muy desgraciado, el pobre, dice que padece obsesión paranoica por la limpieza. Para mí que lo que le pasa es que, en vez de echar polvos, los recoge. Es un caso, caso de verdad. En tiempos, me compró una enciclopedia de 2,68 metros (éxtasis de Lola) con lomos de piel y nervios bien marcados en la encuadernación; yo creo que para poder limpiar. A los dos meses de tenerla en casa, viene a protestarme de que los lomos de la enciclopedia están descoloridos y las letras de oro ¡grabadas a fuego! se le están borrando. Que se la cambiara ¡De eso nada, monada! Al final confesó: había visto en los lomos unas cagadas de mosca, sacó toda la artillería de lejías y estropajos y organizó una guerra química. Resultado: tiene una enciclopedia más pálida que el cadáver de Drácula. Oye, Lola, que se la voy a presentar, decidido. (Oscuro en el patio de butacas e iluminación progresiva del escenario) Ahí la tienen. (aparece Maruchi con todo el aparataje limpiador) ¿Es un caso o no es un caso? Pues si la dejan hablar...

La limpia

(Oscuro en escenario y luz en proscenio y pasillo de patio de butacas)

 OTILIA.- A ver ¿en qué novela encontráis un caso así? Lo que os decía: como las historias reales no hay. (Al público) Oye, os tuteo porque me estáis cayendo muy bien, sois gente lista: ¡habíais venido a oír un rollo sobre no sé qué del potencial sicológico.. de algo. No, yo no. Yo había venido porque los de la tele me van... un montón, sobre todo el Jesús Vázquez. A mi hermana Salus el que le gusta es Pedro Piqueras; pero a mí... ¡Jesús Vázquez! Vamos, que no hay color. Por cierto ¡qué desperdicio de hombre! Vamos, que si lo cojo yo, en dos días lo convierto... a la religión verdadera.

LOLA.- Otilia, que te estás pasando. (Otilia se excusa con gestos) Además, ya que has sacado el tema, a mí me gustaría contarles el caso contrario, el de la Bety: la fea, no, la guarra. Me contó el caso Marga, su vecina, (Amarga la llama la Bety). Marga dice... que, si Bety camina tan despacio, no es porque sea vaga, que también. Dice que no corre por prudencia: que, si corriera dentro de su casa, levantaría el polvo que hay por todas partes y ya hubieran muerto asfixiados su marido y ella. Amaranta, la madre de Marga, que aún es más cotilla que la hija, dice que Bety al nacer era más blanca que la leche, pero que luego con el tiempo, el uso y el poco.... uso (hace gestos de lavarse la cara) de jabón, digo, le pasa lo que a los barnices: que oscurecen. Pues ahí la tienen: Bety

 

La sucia

LOLA.- Ni se nos ocurre decir tal cosa, para qué ¿verdad, Otilia? Total, como estos señores no son de la ONCE...

OTILIA.- Lo que es la vida se explica sola ¿verdad, tú? Por cierto, Lola. (haciendo un aparte mientras mira descaradamente al público) Aquí “betis” no parece que haya, pero veo unas cuantas que igual no se llaman Maruchi, pero por las pintas...

LOLA.-¿Te quieres callar, cacho burra? Ustedes perdonen: es que, cuando a la Otilia se la suelta la boca...

OTILIA.- Calla, calla, modorra. Yo lo decía por aponderar lo distinguido que es este público.

LOLA.- Se dice ponderar: que, para ser tan leída, metes cada una...

OTILIA.- Hala, déjame; que, desde que has terminado con la Bety, se me ha ocurrido que os podía contar el casico de un amigo de mi sobrino, el calvo, tan malaleche como él. Funcionario del Ministerio de Hacienda o de Oras Públicas...; no sé. Como siempre, en vez de presentarlos, es mejor dejarlos actuar ¿no?. Ahí va el funcionario

 

El funcionario 

LOLA.- ¿Qué, conocen alguno así? Van quedando pocos, la verdad. Especie a extinguir, afortunadamente.

OTILIA.- Pero, hija, es que, además de ser un bruto y un malaleche, es tonto de baba el tío ¿eh? Que por lo menos hay que saber a quién tratas mal, animal. Te lo digo yo, Lola, que gente como la de aquí... (Otilia señala al público y Lola hace gesto de botar una pelota) en nuestro barrio no hay mucha. La verdad de la verdad es que tú y yo somos lo más selezto (sic).

LOLA.- (Hace gesto de perdonarle el gazapo) Sí, en el barrio hay de todo; y mucho tonto también, la verdad. Pero ¡ojo, eh, Otilia! Que hay tontos que hacen tontear, eh. Mi tía Carola, la madre de Teresa, la del caso..., pues esa nos contaba la “historia del tonto de baba”, que decía que había pasado en su pueblo. Y digo yo si no aprendería mi tía Carola del tonto de su pueblo...; pero eso ya se lo contaré más adelante. El que viene por ahí es Frasquito, el tonto del pueblo de mi tía Carola. (Aparece por el patio de butacas haciendo bromas al público)

FRASQUITO.- Hola, Carola. Toma (Le tiende un caramelo. Cuando Lola va a cogerlo, Frasquito se lo retira y sube riendo al escenario)

Lola.- Me ha llamado Carola porque me parezco mucho a mi tía. Y mi prima Teresa y yo es que somos iguales. Pero les dejo con Frasquito.

 

El tonto de baba  

OTILIA.- ¡Joder con el tonto!

LOLA.- Ya te lo decía yo: un tonto gingi que para listo valdría. Que hay muchos que se lo hacen, Otilia.

OTILIA.- Me lo vendrás a decir a mí que el otro día tuve una bronca con Juana, la del número 13 que tiene un hijo tonto ¿sabes cuál te digo? Pues esa. Estábamos de palique en su escalera, que si tal, que si cual... Yo con un pie en una escalera y el otro en la de arriba y pilla el tonto por detrás y me mete mano a la entrepierna. Y la Juana que perdonara, pobrecico, mujer, que ya sabes que es tonto. ¡Coño, tonto, tonto! Que ya le dije yo: “Tonto sería si te hubiera metido mano a ti: que bien ha sabido elegir, el jodío”

LOLA.- Vala, Otilia, vale. Que a mí me va a costar el puesto como se entere mi jefe, el supervisor de acomodadores...

OTILIA.- Pero ¿no eres tú la supervisora, hija mía?

LOLA.- Para eso iba, pero nombraron a Patricio.

OTILIA.- Pues anda que ese también... En fin, hablando del tema: que a todos los tontos se les aparece la virgen. (Baja del proscenio para consolar a Lola y, de pronto, se le ilumina el rostro. Mira al público y) Se me acaba de ocurrir otra historia... (gesto de “coj”) de las que hacen época: la de Carmen, mi vecina del otro lado de la calle. Me lo contaron en la frutería, pero yo ya... tenía noticias: como la casa de la Carmen cae frente por frente de la mía, pues de alguna cosa... me había yo enterado antes de que nadie lo supiera. Que se le había aparecido la Virgen, ya veis. Tonta no era mucho (lista tampoco ¿eh?) Pero que dice que se le apareció la Virgen. Y armó una en el barrio... Bueno; ahí la tenéis. Que os cuente, que os cuente ella.

 

Una lágrima en la arena                       

OTILIA.- ¡Que jodía la Carmen! Es verdad lo que ha dicho ¿eh? que yo la vi desde mi casa riqui-raca con el estropajo y con el Peret a toda pastilla. Se levantó, miró la tinaja de lejos, dio el visto bueno (gesto de “ahí queda eso”) y apagó la música. A mí es que me gusta hablar bien, ya lo habréis notado. Ya veréis, ya: (Bajando al patio de butacas) Oye, Lola, cielo ¿dónde esta el excusado) (Guiñando el ojo al público) que es que tengo una necesidad inexcusable (Otro guiño)

LOLA.- (Con gesto de “Toma castaña con la culta”) Mira, sal por donde has entrado y tiras al fondo a la izquierda. (La deja salir) ¡Ay, esta Otilia, esta Otilia! Es muy leída, sí. Y le gusta tirarse pegotes. Para disculparse de lo que le gusta enterarse de todo, dice que ella es ANALISTA SOCIAL DEL ENTORNO INMEDIATO, dicho en cristiano, cotilla. Mi madre, que tiene mucha guasa, me dice que el de Otilia es un caso de predestinación: es que se llama OTILIA(señalando su oído) MIRANDA (indicando su ojo) La verdad es que se trata de toda una profesional del ramo, del de las cotillas, claro. Les ha dicho que desde su casa se ve muy bien la de Carmen. Por supuesto: especialmente si se tiene un pequeño telescopio instalado tras los visillos del dormitorio. Los vecinos de todo el entorno están aburriditos. Menos Purita, la de la tienda de tejidos, que me tiene dicho que, desde que Otilia instaló el telescopio, ha vendido todos los rollos que le quedaban desde hace años de terciopelo para cortinas.(Pausa) Una profesional, sí señor. Sus vecinas de escalera me han comentado que tiene también un ¡fonendoscopio! Eso que se ponen los médicos para oírnos el corazón. Pues tiene uno y ausculta las paredes de todas las casas de la escalera. Un caso ; y de los de verdad que dejan chiquitos a los culebrones más retorcidos ¿o no?. (Bajando la voz) ¡Ay, que ya vuelve! (En tono normal) Pero qué rápida; Otilia.

OTILIA.- Es que sólo era una necesidad... aérea, ¿me explico? Menuda cómo se ha puesto tu amiga, la de la puerta, porque no me he metido en el retrete y me he rajado allí, en el jol ¡Ay, perdón! No era para ponerse así, mujer, que me he retirado por lo menos ¡cinco metros! Que tampoco era la bomba hache, digo yo. “Pues menos mal que nos estás entretuviendo a la gente, que, si no, a patadas te echaba” Eso me ha soltado. Que ya le he dicho: “Se dice entreteniendo ¡inculta, más que inculta!” Si es lo que digo yo: se pasan la vida sin leer un libro y luego les resulta (recalcando) “inverosímil” hablar de una forma o de otra. Bueno, Lolita, que te toca ahora a ti contar algo. Venga.

LOLA.- Pues ahora... me pillas... Espera ya se lo que voy a contar. ¿Te acuerdas de aquel novio negro que tuve yo hace dos años, que me lo tenías tan vigilado?

OTILIA.- Es que, hija mía, lo merecía, eh: que era muy... hombre el José. Menuda... zapatilla se le marcaba debajo del pantalón cuan te achuchaba en el portal. Vamos.

LOLA.- (Al público) ¿No les digo lo que hay?

OTILIA.- (Frotándose las manos) Y ¿qué nos vas a contar, qué nos vas a contar?

LOLA.- Les voy a contar una historia del padre de José, mi novio... el negro.

OTILIA.- Pues ¡vaya cosa! Yo pensaba...

LOLA.- Es una historia que igual no es verdad, pero que, de vez en cuando, no estaría mal que lo fuera. Ya lo comprenderán ustedes al final.

 

Náufragos

OTILIA.- No, qué va: no era racista el tío. Es lo que yo digo: que todos somos iguales. Y algunos superiores ¿me explico? Como el José, el novio de esta que era una pieza de tío como para dejar servidas a todas las del barrio. Pero va esta y sale con que si era muy vago, que sólo pensaba en una cosa. Pues en qué iba a pensar, hija mía, con semejantes atributos. ¿Hablo bien o no? Y es que en tu familia las mujeres sois un rato tontas. Como tu prima, otra igual.

LOLA.- Oye, con mi prima no te metas. A mi dime lo que quieras que aquí estoy para defenderme si quiero. Pero con mi prima.... Además su caso fue contra su voluntad. El mío la verdad es que fue diferente. A veces creo que me arrepiento de haberle dado calabazas.

OTILIA.- Ya puedes, ya. Además es que a las Idoipe instinto no os falta, barruntáis bien... el género. Lo que pasa es que luego os faltan arrestos, para mi que os asustáis. ¡Almas de cántaro! A mi me tenía que haber tocado una proporción así. O a la Pepita, la del tío Canuto; o a la Engracia, la de Julio, el del Corte Inglés. Que cada cual tiene su historia... de culebrón venezolano para arriba.

LOLA.- Pero lo de Pepita...

OTILIA.- ¡Ay, lo de Pepita, lo de Pepita y Canuto..! Que os lo cuenten ellos.

 

El aniversario  

OTILIA.- ¡Eso es un remate elegante, sí señor! “Tienes razón, Canuto. Pero qué a gusto me quedo.” Toma castaña. Oreja y rabo y el Canuto por la puerta pequeña y a la calle, aunque se quedara en casa.

LOLA.- Qué fuerte ¿no? Lo del rollo bollero no me lo sabía yo. Pero, si tú lo dices, verdad será. A mi ¿ves? eso no me tira.

OTILIA.- Toma ni a mi, ya te habrás dado cuenta. Pero como desplante, cojonudo ¿no?. Sí he dicho cojonudo ¿qué pasa? En el diccionario viene; en la c. A ver si no va a poder decir tacos más que Cela.

LOLA.- Cela ya ni los dice ni los calla: está muerto.

OTILIA.- Pues no lo sabía. Que en paz descanse. Pero, si está libre la plaza, la ocupo yo ¡qué coño!

LOLA.- Ya vale, Otilia, que me va a costar un disgusto esta tertulia.

OTILIA.- No te lo creas tontica: cuando terminemos con esto nos vamos a subir al despacho del gerente a pedirle el “caché” de este espectáculo.

LOLA.- Sí. De menuda... cara está desde lo de su padre y su hermana, la Purita.

OTILIA.- Pero, hija, de eso hace dos años.

LOLA.- Pero reconocerás que fue muy gordo. Desde luego la Purita, como su hermano, tenía una mala...

OTILIA.- ¡Leche! Se dice mala leche, y no hay más.

LOLA.- ¿Te sabes la historia? (Otilia hace el gesto de “así así”) Pues mira, que nos la cuentan.

 

Hija no hay más que una

OTILIA.- Y picadillo para los peces. ¡Vaya familia! ¿Sabes qué te digo? Que no vamos a subir a cobrar. Además por estos señores tan simpáticos yo lo hago de gratis; te lo juro.

LOLA.- Toda la vida lo has hecho.

OTILIA.- Pero hoy no me importa no cobrar ¿me explico? por la satisfacción de haber contado estas historias tan verdaderas aquí, en un PALACIO DE CONGRESOS. ¡Toma castaña, Mª Dolores!

LOLA.- Y ¿a qué viene ahora retirarme lo de Lola?

OTILIA.- Que me dejo llevar de la emoción y la elocuencia (guiñando el ojo) , corazón.  

LOLA.- Oye ¿por qué no nos cuentas la historia la historia de Engracia, la de Julio? Que antes la has mencionado e igual eres capaz de marcharte sin contarla.

OTILIA.- De eso yo no he sido capaz desde que andaba a gatas, o sea, nunca. Si es verdad o no lo que te voy a contar, se lo preguntas a tu tía Mercedes, tu tía segunda es de la calle Curtidores, que fue vecina de los padres de Julio toda la vida. La Otilia cuenta mucho, pero todo verdad; no como otras. (Señalando el escenario) Ahí las tienes: Engracia y su... amiga Marina.

 

Té para dos

 OTILIA.- (Canturrea)” Cómo se puede querer

                                       a dos mujeres a la vez

                                       y no estar loco”.

Así tenía que haber unas cuantas mujeres por el mundo. Y que no las condenaran: que las pusieran como ejemplo. Otro gallo nos cantara. Lo malo es lo que subiría el precio del té... por exceso de demanda. Pero mientras el mundo esté lleno de tontas como tú, vamos, y como yo que mucho hablar, mucho hablar pero luego... Que, si llego a tener lo que hay que tener, a mi sobrino, el calvo, lo rajo después de hacerle a mi hermana lo que le hizo. Me voy a llamarla, a mi hermana, que fue la perjudicada y cuenta las cosas aún mejor que yo. Sobre todo esta que es la suya. Ella se lo va a contar con un estilo y un salero...

LOLA.- Hasta ahora, Otilia. (Al público) Su hermana se llama Salus, Salustiana, vamos; que hay que tener valor para ponerle a una hija así. Pero el padre de estas andaba siempre con el calendario zaragozano a vueltas para ponerles nombres a los cuatro hijos y así les fue: Tiburcio, Salustiana, Otilia y Elicio se llamaron; que el Tiburcio ya murió. Para llevarlo al juzgado, al padre digo; al mismo juzgado donde les puso los nombres para que lo condenaran a él. Y ¡mira que hay por el mundo perjudicados del calendario zaragozano! Mi madre decía que los de ese calendario lo hacían a posta: ponían el nombre más feo el primero para que picaran pardillos como el padre de Otilia. Yo no sé, no sé, pero algo de eso... Mira por dónde viene la Salus... (desaparece de la sala discretamente)

  

Callada como una muerta  

                        (Se retira Salus entre bambalinas y vuelve convertida en Otilia)

OTILIA.- Ya se habrán fijado en quemi hermana, la Salus, callada, lo que se dice callada, ni debajo del agua. Pero ¿a que les hizo una buena al calvo y a la gorda? Ya les vale con eso, ya, si han querido o han sabido aprender ¿me explico?. Es que son más cortos que la vista de un topo; y seguro que ese recrío de bestias que tienen en casa les hacen lo mismo a ellos y no saben reaccionar como mi Salus. ¡Olé con sus ovarios! Las mujeres de mi generación somos de otra manera: si se nos trata medianamente bien y no se nos pone en el disparadero, aguantamos lo que haga falta. Pero, como se nos ponga mucho a prueba, ¿me explico? podemos armar la de San Quintín, que fue una batalla.... ya saben ustedes (Hubiera dicho” cojonuda”, pero se reprime, aunque lo dé a entender con claridad).  

Y hablando de estas cosas, a la que le pasó lo que no está escrito en ningún libro pero si en la historia de este barrio es a Teresa, la prima de Lola. ¿Qué dijenda en todo el barrio! Yo, la verdad, como aprecio mucho a la familia, procuré no meter mucha cucharada; pero hubo chocolate para dar, vender y regalar. ¡Vaya si lo hubo! La obsesión por las medidas que decía Lola que le viene de la historia de su prima Teresa, de esta, de esta historia le viene. Bueno, que ya ha quedado claro aquí que algo habrá tenido que ver su historieta con el José, su novio el negro, el que calzaba... del 50. Pero mira si es tuna la Lola que, con las horas que se han hecho, se va a escapar sin contarnos su historia. Hala, pues quedamos para otro día ¿vale? y que nos la cuente. A ver si va a ser ella la que se nos escape viva, ¿me explico? (Mira al escenario) Bueno, me callo que ya aparecen la Teresita con su mamá, doña Carola. Era el día de la boda de la niña.  

 

Hija de mi alma

 

Sospecha nuestro autor que, tal vez, su admiración por este maestro terminó, con los años, por decantarlo a él hacia el ejercicio de la docencia.

 

La lectura de la novel te va envolviendo de tal modo en una cálida red de sentimientos que a las pocas páginas ya no puedes escapar y quieres saber más.

 

Como siempre tenía ganas de seguir leyendo, no busqué muchas palabras en el diccionario y eso que el autor emplea unos términos totalmente ignorados por una pobre servidora que se mató con múltiples exámenes a lo largo de su carrera para, por fin, poder leer tan insigne relato.

 

Palabras del poeta que podría suscribir don Luciano, ese personaje a cuyo devenir asiste, emocionado, el lector. Sé fehacientemente que algunos alumnos han leído desolados el final de la novela, que se han encariñado con el personaje y han entendido el cariño de Ramón Escuer,

 

…Tres obras excelentes que seguiría recomendando con vehemencia a cualquier lector:

Lunes, 23 Diciembre 2019 20:48

Poemas de varia lección

 

JULIA

Canto de vida y esperanza

 
   
   
   
   
   
   
   
Tu abuelo Javier
(septiembre 2006)
 
     
     
     
 

MI MEJOR REGALO

 
 

Para celebrar mis años

- ya muchos -

me has regalado, Ana,

tu primer día.

No te haces idea,

Ana mía,

último brote de mi árbol añoso,

de la vida que me inyecta tu presencia.

Un día,

cuando crezcas,

comprenderás que ayer me abriste

otro camino ancho

de esperanza, de ilusiones y futuro.

Y es que ¿sabes? estoy seguro

de que tu cariño rellenará de ternura

mis años por  venir

y hasta los pasados

que me han permitido llegar hasta ti.

Y además prolongará mi vida

más allá de su frontera

dejándome vivir

esa vida que solo sabemos regalar

los que amamos

como yo te amo.

Hoy te he tenido en brazo

– otro día te contaré por qué solo un brazo –

y  he sentido,

en ese momento

nuestro,

que todo lo demás

tal vez siguiera existiendo

pero que nada me importaba:

solo valía - vale y valdrá –

tu presencia

tierna, palpitante y bella

en la que mi mundo se llena de sentido

y la felicidad es la atmósfera

de la que respiro,

en la que vivo.

Habrá quien piense, Ana,

que tu abuelo exagera

o que no sabe lo que dice

– sí, los hay así de mal-pensados, ya verás -,

pero tú no les hagas caso.

¿Sabes lo que les pasa, mi amor? 

Pues que me tienen envidia porque,

para celebrar mis años

- ya muchos -

hoy

me has hecho, Ana,

el regalo inmejorable,

único,

impar

de tu primer día.

                                                                                   Tu abuelo Javier

17 de septiembre 2011

 
     
     
     
   EL DESEADO  
 
 
 
Niño mío,
masculino,
me has regalado esta tarde
tu dulce presencia oculta:
 
el latido secreto de tu corazón
- diminuta maravilla en cuatro partes-
motor de tu vida fuerte,
símbolo de tu amor seguro,
 
la estructura perfecta de tu cuerpo
que ha dibujado al instante
un hueco tierno en mis brazos,
 
tus manos que exploran un mundo líquido
y no encuentran asidero,
 
tus ojos que aún no me miran,
 
tu boca que aún no me besa.
 
¡Ay, qué lejano
el prometido septiembre!
 
 
Tu abuelo Javier
                                       23 de abril de 2008
 
 
 

 

 

 
   POEMA PEQUEÑO, A ESCALA  
 
 
Promesa sin nombre,
esperanza diminuta y fértil,
semilla de gozo,
eso eres tú:
2,8 milímetros
de amor concentrado,
de grandiosa
felicidad presentida.
 
 
 Tu abuelo Javier
3 febrero 2008
 
 

 

 

 
  A SERGIO  
  Mi guardián protector
 
     
 
Me gustaría quererte más,
Sergio, mi vida,
pero... no es posible.
Lo intento
y tú lo notas - sí, seguro -
cuando te duermes tranquilo en mi pecho,
      cuando tu aliento pequeño
me cuenta al oído historias hermosas
de tu vida prometida y ya latiente,
del amor que piensas decirnos y entregarnos
cuando tu calor diminuto e intenso
me salva de los fríos que quisieran helarme,
los fríos...
A ti no te gusta el frío ¿verdad, mi vida?
Sólo lloras cuando lo sientes,
el frío y el hambre,
porque tú eres calor y sazón, saciedad y vida.
Eres mi puerta a la vida,
siempre abierta a la esperanza
y al cariño con que inundas mis estancias.
Por eso... lo intento.
 
Lo intento también
cuando me acerco a tu cara
y te digo en mis besos
que te esperaba
desde hace ¡muchos! meses,
desde que sólo eras
2.8 milímetros de esperanza diminuta y fértil,
y te vi,
cuando siento sobre el mío tu corazón
que me aventaja en tierno latido al galope,
ese corazón
que me dejaste oír hace meses:
(entonces aún te escondías
en las entrañas de tu madre dulce),
cuando acaricio la suavidad en ti hecha carne
y tus manos se posan en las mías,
se agarran a mis dedos.
(Tranquilo, Sergio,
que, mientras tenga vida,
también yo estaré a tu lado)
 
Por eso siempre lo intento, y...
sí,
me gustaría quererte más,
Sergio, mi vida,
pero - te lo juro -
más, nadie podría
ni yo puedo
 
 
   Tu abuelo Javier Octubre 2008  
     
   COMPL….  
     
   

Materia

que -dura y tierna-,

en gesto

definitivo y sublime,

sugiere, sostiene y alza

toda belleza en su esencia.

 

Vacío

que, casi denso,

en complementariedad perfecta,

rellena, encarna y completa,

la hermosura sugerida

del grito,

la sonrisa,

el beso,

 la ironía,

la danza y el movimiento. 

 

Materia y vacío.

Creación,

siempre en activo,

provoca complicidad

de los ojos que contemplan

y disfrutan la ilusión  

de implementar su belleza.

 
 

 

 

 
 

CONNOTACIONES

 
   
¡Qué alegría más alta
                                                                 vivir en los pronombres!
                                                                             P. SALINAS
 
     
 

Todo ha cambiado.

Nunca más asociaré
‘muralla’
con ceguera, dardos, dolor
y muerte;
con aspereza, espadas, crueldad
y odio. 
 
Desde ahora
"muralla"
me evocará para siempre
paz, abrazos, alegría
y vida;
suavidad, labios, dulzura,
amor. 
 
La culpa
-virtud, capacidad, poder-
la ha tenido
la seda
caliente y húmeda
de tus besos.

                                                                 

 
 
 

 

 

 
   DE TU BOCA  
     
 
De tu boca
hasta la palabra ‘nada’
significa ‘todo’.
 
Ayer la dijiste: nada,
o sea, todo.
 
Plenitud de amanecer
en jardines olvidados de la luna
en que el sol ardiente cuaja
rosas rojas,
frutos plenos.
Plenitud
aliviadora de sedes
acumuladas tras años,
y saciadora de hambres
 que retuercen con vacíos las entrañas.
 
Esperanza de ser alguien
trabado, constituido
por la entrega prometida,
sin fisuras,
 de otro ser,
del solo ser deseado;
del que puebla los caudales de la sangre
y se instala en el alma de los huesos,
del que anida en suspiros hondos,
 en breves quejas de gozo,
en congojas de deseo.
 
- No pienso negarte nada.
-dice el eco.
 
Pero
sólo
era
el
e
c
o
.
                               
 
     
 

DESAMOR

 
     
 

Arañaba ojos amantes

la arena de arena fría

del desamor.

 
     
 

DESPERTAR 

 
     
   

Pensaba saciar mi sed

arrastada del desierto.

Soñaba.

Y desperté.

                                                               

 
     
 
DOS AÑOS
 
     
 

Hace dos años

                            que me regalaste

la primavera

                   un doce de septiembre.

      Una muralla fue de ello testigo

y un río Duero

                       sin barbas de plata.

Se abrió este ciclo

                            cuando ya cerraba

otro,

        pequeño,

                      la naturaleza.

Se abrió este ciclo

                            para nunca serlo:

jamás cerrarse

                      ni conocer otro

que el horizonte sin fin

                                   de los sueños.

 
     
 

EL CANSANCIO NO TIENE PLUMAS 

 
     
 

El cansancio no tiene plumas.

Tiene aristas que labran

crueles

la carne sin vida

del alma del paria.

El alma del hombre sin fondo,

del cadáver vivo

que se masturba

para sentir – una chispa – que su carne es dulce,

que su sudor sublima,

que su alma arde,

que vive.... en su vida.

Su vida la viven otros.

No sabe cuál es su vida.

Pero esa, no; esa, nunca.

Él es hombre,

eso ¡un hombre! 

¿o quizás sólo es un paria?

“Inalienables derechos te asisten..”

pero es un paria,

no es nada:

una nube de cansancio

con  las alpargatas rotas.

El vaso de vino recio

será su amigo,

y su esposa,

mugrienta almohada de paja.

                                 

 
     
  ETERNIDAD DESEADA   
     
 

Aquella noche la luz no tuvo sueño

y el viento se desmayó

enredado,

narcotizado

en el perfume denso del jazmín,

bajo mi ventana.

No se asomó al alféizar.

Nos hubiera visto

tejer con nuestros miembros,

miradas y suspiros

bellas historias

de unidades dobles, de duplucidades unas,

de distancias adheridas,

de eternidad presentida,

deseada,

sabida...

Nos hubiera visto

Tejer

para destejer más tarde

y volver luego a tramar.

Tejer y destejer

enredando el tiempo en la madeja

creyendo enredarlo,

queriendo apresarlo.

Agua entre los dedos.

      Huida que amenaza.

           Fragancia desvanecida.

 

 
     
  INFINIT(IV)OS   
     
 

Cerrar los ojos,

acariciar tu cintura,

no sentir sino tu cuerpo,

devorarnos el aliento

y no saber

a qué lado de mi piel

está la tuya.

 

 
 
     
  LITURGIA   
     
 
Te adoraré.
Me llenaré los ojos
de tu carne,
ofrecida, consagrada.
Y te rezaré “Mi Reina tú eres
entre todas la mujeres”.
Me comeré la hostia
de tu cuerpo
que se licuará al contacto de mi lengua,
de mis divinas palabras.

                            

 
 
     
 

MARAVILLOSO

 
     
   
     
 

TIEMPO 

 
     
 
Me abrasan los días
de arena,
resecos,
carentes de ti.
 
Me duelen los años
inanes,
mis años sin ti.

                            

 
     
  PARA PAULA,   
     
 
Que nos ha dado de sí
el mejor de los regalos.
 
Por el presente poema,
los dos abajo firmantes,
mayores de edad (bastante),
 residentes habituales
en la calle del cariño,
a ti, nuestra amada Paula,
te queremos declarar,
jurar por lo más sagrado
(nuestro nietecito Sergio)
que seremos, para siempre
y mientras tú lo desees,
tus padres
           a todo efecto.
 
Declarado en Zaragoza
en el día diecisiete
de septiembre  dos mil ocho
 
 Firmado Merche y Javier
 
     
 

PARADOJA

 
 
   Estar contigo o no estar contigo
                                                                          es la medida de mi tiempo.
                                                                                     JORGE LUIS BORGES
 
 
     
 
 
Todo ha cambiado.
 
Las esquirlas del recuerdo
de los encuentros rotos
se tornaron ayer
en pan amable,
bálsamo sanador,
seda....
 
Seda rasgada de repente
hoy
por la ansiedad,
la dependencia doble:
sol y luna
reinando
sobre el mismo cielo,
iluminando el mismo pecho.
Solazando y atormentando.
Hiriendo y restañando.
 
Paradoja que inflama y atenaza.
Necesidad improbable.
Improbable, rara, extraña,
pero necesaria,
querida
y reclamada.
 
Yo la reclamo
                                               
 
     
   PODA  
     
   
Un árbol sin sus ramas,
un quicio sin su puerta;
un hombre sin sus hijos.
 
No es la soledad lo que le aqueja;
sólo es su no presencia,
los minutos huecos,
los espacios resonados de recuerdos,
las discusiones no habidas,
el amor sólo rumiado...
dos vacíos.
 
Pero ellos – mis ramas -  son ya esquejes,
 promesas de otras vidas
 esperadas, presentidas
y por mí ¡tan deseadas!
 
Pensemos en la poda que fortalece y da vida,
que la enriquece y propaga.
 
Sin mis robustas ramas
- más robustas ya que el tronco -
me siento un árbol podado,
pero alegre y confortado
porque veo que en mi entorno,
en explosiones de savia,
va brotando un bosque nuevo.

                                                                                 

 
 
     
  POR   VENIR  
 
¿No es acaso la ausencia, para quien ama,
la más segura, la más eficaz,
 la más indestructible,
la más fiel de las presencias? 
(M. Proust “Los placeres y los días”)
 
     
 
Escrita sobre mi piel
la palabra ardiente de tu cuerpo
ofrecido,
devorante y devorado,
descifra misterios insondados,
resuelve destinos no cumplidos,
repuebla de calor, sentido,
vida
el páramo gris de mi existencia.
 
*
 
No solo existe lo presente:
lo que está por venir
también existe
con la presencia virtual
e inexorable
de los brotes
que, escondidos en invierno,
reventarán de vida
en primavera
en las ramas siempre nuevas
de aquel árbol añoso.

 

 
     
 

¿QUIÉN TE DIO DERECHO A TU DESGRACIA? 

 
     
 
Tierra, sangre, barro, cieno.
Cetáceos que revuelven turbios mares,
enormes como cetáceos,
pequeños como larvas,
ensucian,
salpican,
ingurgitan semejantes.
Plantígrados que machacan
y exprimen el zumo salado,
el zumo rojo,
el agrio zumo de la humanidad postrada.
La vida.
La fuente de la vida es el hombre.
La fuente, la herida.
Hombre, ¡hombre!
¿quién te dio derecho a tu desgracia?
Apuras libremente
la soledad en multitud de la gran urbe,
la angustia,
el sudor sin pan y el hambre triste.
                                  
 
 
     
 

REDENCIÓN

 
     
 
Entrégame tu cuerpo,
redentor de soledades.
 
Que me guíe en este valle
que sin él fuera de lágrimas,
que me alce,
que me inunde
y que me pase de largo
del purgatorio, el infierno
para llevarme directo
al país de maravilla,
a la dulce geografía
que a mí nunca me enseñaron,
al cielo de tus encantos.
 
A la fuente de tu boca
donde nace la palabra
y el suspiro y el gemido,
a donde acerco mis labios
para empaparme en dulzura,
donde me hundo y sumerjo
en la gloria, que no eterna,
sino efímera y volátil
y muero por retenerla.
 
A los montes de tus senos
donde vive la hermosura,
donde la ternura brota
en cada poro
y quema con tibias llamas,
con llamas muelles de amor.
Dulces pendientes, laderas,
desfiladeros y cumbres,
cumbres que gimen, suspiran...
 
Y déjame que me encuentre
perdiéndome en tus caderas,
en el laberinto simple
de su forma y su calor;
que vague por la planicie
de tu vientre prometido,
por su luz y por su sombra
que transforma dos en uno,
uniéndonos para siempre;
que para siempre encadena,
amarra mi corazón
 
Entrégame ya tu cuerpo,
redime mi soledad.

                                              

 
     
  ROSAS ROJAS   
     
 
Todo ha cambiado
 
Hay rosas
rojas
en tu jardín.
 
El aire del almena
cuando la seda
caliente y húmeda
selló pactos inmortales,
traía perfumes
de rosas blancas,
inmaculadas, inalcanzables;
mis sentidos suspendía.
 
Allanadas las murallas,
mis pasos vacilantes
descubrieron
un alba de jardines ignotos,
puros, cándidos...
 
Pero mi sangre
sabía soñar,
quería saber
de soles altos y cálidos,
de flores
subyugantes y cautivadoras
en olor y calor.
 
Hoy
un simple monosílabo
me ha puesto en la pista
del último paraíso:
he sabido que también
hay rosas rojas
en tu jardín.
 
   
 
     
   SELVA NEGRA  
     
 
Selva Negra, abetos altos,
altos deseos
que esconden bajo su fronda
las sombras del corazón.
 
 
 
     
  SI YO SUPIERA…  
     
 
 
Explicar un corazón es imposible;
razón y sentimientos tienen códigos
diversos, incompatibles.
Pero… si te supiera explicar mi corazón…
            Si te supiera explicar mi corazón,
sabrías
que a veces las noches son blancas,
que los cuervos trinan,
que los leones balan;
comprenderías
la profunda claridad de la niebla,
el oculto encanto de la guadaña,
la molicie intangible de la piedra,
el magmático calor de la tierra helada.
Si te supiera explicar mi corazón,
verías lo invisible:
                        la gratitud eterna por la vida en ti encontrada,
a ti debida,
por ti ganada;
                        la ternura ignota de un amor
redondo, circular, perfecto;
en ti nacido y desembocado;
la libre ligazón de que disfruto
                                                           anudada por dos lazos de diamante,
indestructibles, bellos,
nacidos de tu vientre,
en él por mí sembrados
con humilde ternura,
con pasión,
con la esperanza cierta, segura  
de que tú sabrías crearlos
desde la casi nada
por mí aportada
hasta la plenitud,
la belleza y la sazón
de esos dos hijos buenos, bellos y dulces
como tú.
Si te supiera explicar mi corazón…
sabrías perdonar lo imperdonable:
que, a veces, no sepa hablar como quien soy,
que multiplique lo dividendo y divisible,
o construya rascacielos con pompas de jabón.
 
Si te supiera explicar mi corazón…
Pero… solo sé proponerte un truco
carente de la lógica
de una explicación.
Echaremos sólo mano del corazón.
Pon el tuyo
al lado del mío.
Comprobemos
que están en año, en mes, en día,
en hora, en minuto y en segundo.
Acompasemos
los latidos uno a uno.
Así.
Así seguro
que, al reclamo de los besos,
conocerás sin duda lo indudable:
que te amo.
Que te amo como no sabré explicarte,
como siempre te he amado
desde aquel día de junio
escrito en clave de seis.
 
Hoy quisiera entregarte
mi más preciado regalo:
un amor de treinta años
con veinticinco cumplidos
desde que nos casamos.
 
Javier
                         de 6-6-66
                                   a  3-4-72
                                            a 3-4- 97
 
     
 

SIN...

 
     
 
Nos pone cerco un paisaje
de desencuentro y tristeza,
de caminos sin crucero,
de ríos sin confluencia,
de riberas sin un puente
que se acompañan, se acercan
y se vuelven a alejar;
de amaneceres abruptos
en que la luz no se mezcla
con las sombras de la noche,
de absurdas ramas sin tronco....
De soledad irredenta.
                                   
 
     
  TAL VEZ NUNCA  
     
 
Me temo que nunca se abran
las rosas de tu jardín.
 
Nunca rosas.
Capullos por siempre,
lanzas,
prometedores,
hirientes.
 
Tal vez ya nunca desplieguen
su hermosura ni soñada,
tierna caricia visible,
inefable,
de sus pétalos concéntricos.
 
Puede que nunca liberen
la orgía de su perfume
ni nos arrastren al vórtice
donde el amor es la clave,
la razón desordenada,
la regla que rige el caos,
el motivo de vivir.
 
Mientras, el tiempo, como agua,
se nos huye entre los dedos:
brota,
           se escapa,                 
                          no es.
        
Tal vez nunca...
        
                                            
 
     
   
VERGÜENZA
 
     
 
Vergüenza. Vergogna. Vergoña. Carroña.
Me tienes; te tengo; tienes de mí
vergüenza.
Vergogna, vergoña, carroña.
Un maremoto de fango
–vergüenza-
de fango que empapa, ahoga, deglute y sumerge
-vergoña, carroña-
de triste lodo,
      de dolo triste,
           de dote trislo,
               de lote dotris. De
tristeza,
de lodo, de fango
arrojado,
escupido,
de imbecilidad proclamada,
reconocida
de incapacidad insuperada,
sufrida,
    batida,
       tullida,
         podrida, 
          ...ida   ...ida   ...ida  
 
¡Camarero! 
Un fango doble
con hielo.
                           
 
 
     
 
VIDA Y TEATRO 
 
   
En recuerdo de Ana Julia Núñez-Polo,
actriz, amiga y mujer de bien
 
     
 
Siempre quiso la muerte seducirte,
congelar tu sonrisa generosa,
trasmutar tu bondad en egoísmo,
convertirte en otra y anularte.
 
Resististe prodigando entre los tuyos
el regalo de tu amada compañía,
derrochando entre amigos y familia
tu tesoro de bondad y de alegría.
 
Creíste siempre con fe avasalladora
en la amistad y en el goce de la vida,
en el cariño repartido a espuertas
entre quienes tuvimos la fortuna
de tenerte como amiga.
 
Te subiste al escenario de la vida
y llenaste las nuestras de sonrisas,
de sencillo afecto y de amistad profunda,
de alma claridad.
 
Hace años que la muerte, despechada,
decidió ponerte cerco y arrasarte:
comprendió que nunca lograría
reclutarte para su empresa estéril
de desamor, soledad y odio.
 
Hoy la muerte se cree que ha triunfado;
pero gritadle todos, compañeros,
que su triunfo es falso,
que Anajuli vive con nosotros,
que siempre estará entre bambalinas
aplaudiendo y riendo cada escena
y ayudando a conseguir esos efectos
que hacen más feliz a otros la vida.
 
     
  ...Y NO VUELVE   
     
 
Agua que pasa y no vuelve,
Que se escapa entre mis dedos
apretados,
crispados por detenerla.
 
Agua que cae en la tierra
y se esconde en sus entrañas.
Y yo no puedo seguirla.
 
Agua que huye por el río
y me abandona en la orilla
o me supera y rebasa
si decido unirme a ella
sumándome a su corriente.
 
Agua que se va y no vuelve.
Que no vuelve.
 
 
     
     
  VERDADERA VIDA  
     
 

Romance de ciego

 
     
 
Hoy, señoras y señores,
en tan florida compaña,
este ciego va a contar,
por deleite y enseñanza
de todos los asistentes
y de aquellos que lograran
conocella en el futuro
la historia de Fabián Mañas.
 
Amigo de sus amigos,
de este centro “mater alma”,
alegrador de reuniones
y promotor de enseñanzas,
del espíritu docente
renovador en las aulas.
¡Que buen serrano en la sierra,
qué gran maestro en el aula,
qué tierno con sus amigos,
qué duro con la canalla,
qué tremendo en sus continuas
lecciones de bienandanza!
 
Mas dejemos estas laudes
a las que el amor nos lanza
y pasemos a maitines
de vida de Fabián Mañas.
 
 
                     II
 
En un lugar de Aragón
cuyo nombre es Gallocanta,
famoso por su laguna,
por sus gentes y su raza,
conocido en todo le mundo
por grullas, patos y anátidas,
vio las luces de su tierra
nuestro amiguico del alma.
 
Sus paisanos le cantaron,
bien oiréis lo que cantaban:
“Fabián Mañas, Fabián Mañas,
el día en que tú naciste
grandes señales mostraba:
la luna estaba crecida,
la laguna estaba en calma;
niño que en tal signo nace
que ha de ser grande proclama”. 
Las verdaderas historias
de aquella su tierna infancia
cuentan que era Fabiancillo
infante de pocas ganas
a la hora de comer,
pero que mucho apreciaba
papillas y biberones
de mezcla bien ponderada,
de temperatura justa
dados con amor y gracia;
y, aun estando tan bien hechos,
un poco siempre sobraba:
un hombre de buen “morrillo”
con esto se presagiaba.
 
 
                       III
 
Dicen que pronto en Fabián
ya sus artes apuntaban:
hacía ingenuas historietas
de lo que a él se le alcanzaba
que de la iglesia el retablo
y cuadros representaban.
 
También contaba su abuela
(que dicen que era una santa)
que examinaba piedricas
por ver si en ellas hallaba
alguna forma curiosa,
algo que le interesara;
y con ellas, si en sentencia
ninguna gracia encontraba,
arremetía a los gatos,
a las grullas revolaba
y hacía temblar cristales;
tal dicen las lenguas malas.
Aficionóse también
a recitar rimas sacras
cuando lo oía el maestro,
mas dábase a las profanas
cuando paisanos y amigos
eran su audiencia y compaña.
 
El maestro, don Sapiencio,
viendo sus tan buenas… mañas,
les recomendó a sus padres
que de estudios le dotaran.
 
Quedóse Fabián muy serio
lo que perdía y ganaba
en un punto valorando:
de su vida se alejaba
si los estudios quería,
mas a padre y madre honraba
y ampliaba su futuro
si estudiar solicitaba.
 
Esto eligió el buen Fabián,
dando primera enseñanza
de lo que en toda su vida
por pauta se consagrara:
que hay que saber combinar
palos de copas y espadas,
espadas de conquistar
las metas más deseadas
y copas de gozar la vida
en sus pequeñas bonanzas.
 
Terció en esto el señor cura
ponderando las ventajas
de meter a Fabiancillo
en la carrera eclesiástica.
 
 
 
                    IV
 
Y allá se fue el buen Fabián,
sin tener la cosa clara,
al seminario que tiene
la antigua ciudad que baña
el Ebro, fecundo río,
la Zaragoza afamada,
insigne en armas y letras,
de ilustres varones patria.
 
Y lo fue de este estudiante;
bien oiréis que progresaba
y, pese a que no tenía
vocación muy asentada,
con fuerza y maña remando,
a buenos puertos llegaba.
Arrimado así a los buenos
en ser uno de ellos daba:
así comprendemos hoy
que con los años llegara
a ser un hombre bendito,
de piedad… tan bien probada.
 
Salvó los primeros cursos,
aprobó cuarto y reválida
y el Bachiller Superior
con soltura superaba.
 
Mas en esto nuestro amigo,
con mesura ponderada,
contó que en esta su vida
tan sólo jugaba a espadas
y que era más conveniente
equilibrar la balanza.
Y optó por buscarse vida
en que a copas se jugara
teniendo siempre presente
el jugar también a espadas.
 
 
 
                     V
 
Y aquí tenemos, señores,
al bachiller Fabián Mañas
pensando en poder ampliar
los estudios que cursara.
Matriculóse en Derecho
y… derecho que estudiaba.
En estas últimas manos,
a espadas se descartaba
y quedóse más a copas
de lo que bien resultara.
Dejó de estudiar Derecho
por ser postura muy mala.
Y entró en la Historia Fabián:
en Historias se apuntaba.
 
Cursó estudios seriamente
con dedicación y holganza,
con prontitud y alegría,
con donosura y templanza,
repartiendo como antaño
palos de copas y espadas.
 
Licencióse e impartió
en Bilbilis su enseñanza.
Dejó en alumnos la impronta
de una ciencia que alegraba,
de un saber que con la vida
su conexión les mostraba
mientras formaba sus mentes
para ya empresas más arduas.
 
Calatayud lo prendió,
como hijo lo tomara,
mas viose en la precisión
de echar dos cuartos a espadas;
y, a pesar de correr riesgo,
a oposiciones optaba. 
 
 
                   VI
 
Sacólas brillantemente:
con donosura aprobaba
primero las de Agregado
y, más tarde, las de Cátedra.
Y con sus buenos amigos
ya las manos se frotaba
con el poder conseguir
en Bílbilis fija plaza.
En el acto de elección,
alguien se le adelantaba.
Enojóse nuestro amigo
y, al estilo Fabián Mañas,
eligió de aquella lista
el que arriba figuraba.
Andújar era el lugar
y él con gracia preguntaba
al Jefe del Tribunal
dónde aquel lugar paraba
que el destino, a veces ciego,
tan ciegamente le daba.
Cursó primero en Andújar
y a Baeza se traslada
cuando tal cosa le impuso
haber aprobado Cátedras.
Mas pronto regresó a Andújar, 
que Destino lo guiaba.
 
 
 
                   VII
 
 
Destino correspondió
a su elección tan fiada
y deparó a nuestro amigo,
amén de amigos a esgalla
(lo cual no fuera noticia,
que siempre los encontraba),
en aquel pueblo un lugar
que fue su segunda patria.
Allí encontróse Fabián
a una moza bien gallarda,
morena de verde luna,
María Dolores llamada.
 
Destino urgió a don Amor
que sus flechas apuntara
y diera en sus corazones
que ya tan a punto estaban
de comenzar  un idilio
de los de carrera larga.
 
Y comenzó, vive Dios,
tan a gusto comenzara
que casáronse a los meses
y, con pequeña tardanza,
vino al mundo Fabiancillo
y después Pilar y Laura
y, por último, Blanquita,
la que la lista cerraba.
 
Para mí que don Amor,
cuando sus dardos lanzara,
acribilló a estos amantes
que, con lustre de su patria,
engendraron esta prole
tan cumplida y tan galana. 
 
De Andújar el Instituto
disfrutó de la enseñanza
que nuestro amigo Fabián
donde iba, derrochaba.
Fue Director de aquel sitio
y lo hizo con tal maña
que inició larga carrera
de direcciones sin tacha.
 
Quería mucho a su Andújar,
en su historia investigaba
y un gran investigador
vino a hacerse Fabián Mañas,
que más tarde, ya en su tierra,
consiguiera cimas altas
que le llevaron a metas
largo tiempo deseadas:
con su tesis sobre el gótico,
en artes se doctoraba.
 
Pero volvamos atrás,
que el entusiasmo nos lanza
a saltarnos meses, años
con ligera destemplanza.
 
 
 
                    VIII
 
Corría ya el setenta y tres
y Fabián que concursaba
por ver si volver podía
a tierras zaragozanas.
 
Y consiguiólo, pardiez,
para nuestra bienandanza,
que nuevo destino tuvo
en la Sección Delegada,
en la calle Franco y López
número cuatro asentada,
de aquel Instituto Goya
que él antes solicitara.
 
Allá fuera Jefe Estudios
al menos un par de añadas
y, ya en el setenta y cinco,
cuando por fin se creara,
bajo el nombre de Zurita,
este Instituto, esta Casa,
lo fue siendo director
y fundador Fabián Mañas.
 
Y así nació este Zurita
mientras Franco la palmaba,
que mal augurio no fue
de la índole democrática
que siempre habrían de tener
este Director y Casa.
 
 
 
                       IX
 
En Jefe de Seminario
ponía cotas muy altas.
Creó siempre buen ambiente:
de firme se trabajaba
a la hora de trabajar,
mas nunca se descuidaba
y, a la menor ocasión,
una juerguita montaba,
abonando así el contento
de labor bien realizada.
 
Él siempre sabía ser
rey de copas, rey de espadas
sin que sus subordinados
sufrieran de su ordenanza
más que la guía, la ayuda
y alguna que otra holganza.
 
Por dos veces volvió a ser
Director de esta su Casa:
Fabián siempre respondía
cuando otros se escaqueaban.
 
Y tanto comparecía
este Instituto y su gracia,
que, con el paso del tiempo
que todo lo alza y lo allana,
sin anacronismo alguno
para siempre se asociara
Don Jerónimo Zurita
a nuestro Don Fabián Mañas.   
 
 
 
                      X
 
Y, antes de que dé fin
a esta historia tan granada,
debo cumplir el encargo
de una solemne proclama
que hanme ustedes encargado
que lea sin una falta.
 
Mas este ciego ya lleva
deshechica la Garganta
y piensa que sea coral
esta solemne proclama:
claustrales y jubilados,
no docentes y la masa
de todos sus compañeros
aquí habrán de recitarla
según reza el papelito
que a todos se os entregara.
 
 
SOLEMNE PROCLAMA CORAL
 
Todos los aquí presentes                   Corifeo ciego
 
Los claustrales de esta Casa
que hemos sido tus amigos,               Coro
compañeros de jornadas                    de
de alegría y de tristeza                       Claustrales
de dedicación y holganza;
 
los que en otro tiempo fuimos
profesores y enseñanza                       Coro de
impartimos a tu lado                           jubilados y
disfrutando de tu gracia                     exprofesores
 
los que no somos docentes
mas gozamos tu ordenanza                Coro de
y con gusto compartimos                    no docentes
tu alegría y buenas mañas,
 
al alimón proclamamos
con regocijo y con ganas
que, si esta jubilación,                          Todos
como cumple en democracia,
no por edicto o decreto
por votación se otorgara,
TODOS AQUÍ BIEN SABEMOS
QUE NUNCA TE JUBILARAS.
 
 
 
     
Lunes, 23 Diciembre 2019 19:02

Haikus

 

  HAIKU DE BRETAÑA  
   

Dos islas solas.

Sólo el mar las separa.

El mar las une. 

 (julio 2004)

 

 
  HAIKUS DE LA CONVERSIÓN  
     
 

La amarga ausencia

convirtió la amistad

en amor dulce.

(julio 2005) 

 

 
 

HAIKU DEL RESCOLDO

 
   

No los apaga:

la ceniza de ausencia

rescolda amores. 

 (agosto 2005)

 

 
  HAIKU DE LA DESPEDIDA  
   

En esta casa,

cuando un amigo se va,

también se queda.

 (junio 2004)

 

 
  HAIKU DE LA FRUSTRACIÓN  
   

Se abraza a un roble

soledad de una hiedra:

dos soledades.

 (agosto 2005)

 

 
  HAIKU DE LA DISTANCIA  
   

Distancia larga,

corto nudo de amor.

Paradoja azul.

 (julio 2007)

 

 
  HAIKU DE LA AUSENCIA  
   

Por los desiertos,

invernales de ausencia,

la angustia embiste.

 (noviembre 2007)

 

 
  HAIKU DEL ÉXITO  
   

Esplendidez,

la del árbol en fruto,

fruto en sazón.

 (mayo 2009)

 

 
  HAIKU DEL DESEO  
   

Acariciado

entre brazos y piernas

tu violonchelo.

  (diciembre 2010)

 

 
  HAIKU DEL AMOR  
 

 

El fin del mundo

no ha podido separar

lo que está unido

(enero 2011)

 

 
     
  HAIKU DE LA SED  
   

Sin su destino,

mi boca sin la tuya

su sed mastica.

 (marzo 2011)

 

 
  HAIKU DEL ANHELO  
   

El árbol seco

araña el cielo gris

y no lo alcanza.

  (marzo 2011)

 

 
  HAIKU DE LA MALDICIÓN  
   

A la que mata

las flores del amor

el odio alcance.

  (abril 2011)

  

 
  HAIKU DE LA PRIMAVERA  
   

Salta el deseo

de la esperanza al ser

en una boca.

 (abril 2011)

 

 
  HAIKU DE LOS SUSPIROS  
   

Se hunde en la ausencia

palabra sin palabras

de los suspiros.

 (abril 2011)

 

 
  HAIKU DEL DESIERTO  
   

Dunas sin vida,

falsos oasis sin agua,

simas de sed.

 (abril 2011)

 

 
  HAIKU DE LA TRISTEZA  
   

Losa que aplasta,

gris de granito frío,

las ilusiones.

 (abril 2011)

 

 
  HAIKU DE LA SOLEDAD  
   

Con el hundido

sella su compromiso

la soledad.

 (abril 2011)

 

 
  HAIKU DE MI NIÑA JULIA  
   

La pionera

en este amor de abuelo

por siempre tuyo.

 (abril 2011)

 

 
  HAIKU DE MI NIÑO SERGIO  
   

"Te quiero mucho"

en tu boca inocente

recrea el mundo.

 (abril 2011)

 

 
  HAIKU DE LA QUE AÚN NO ES ANA  
   

Crece en su madre,

late de tierna vida.

Es la esperanza.

 (abril 2011)

 

 
   HAIKU DE MI NIÑA ANA  
   

Con tus sonrisas

dulce amor me regalas,

con tus brazitos.

 (junio 2012)

 

 
   HAIKU DEL BESO  
   

Abrió sus labios.

Tierno calor del beso,

razón de vida.

 (julio 2012)

 

 
   HAIKU DE LA PASIÓN OCULTA  
   

Y, sin palabras,

el fuego de tus ojos,

grita deseo.

 (febrero 2013)

 

 
   HAIKU DEL ABSURDO  
   

Absurdo anhelo:

pese la muerte cierta

ser inmortal.

 (mayo 2013)

 

 
   HAIKU DEL ROBO1  
   

La muerte odiosa

posó en su corazón

su mano helada.

 (julio 2012)

 

 
   HAIKU DEL ROBO2  
 

 

Nos has robado

nuestra tía querida

tan queredora.

(julio 2012)

 

 
   HAIKU DEL ROBO3  
   

Muerte envidiosa,

te robas los mejores.

Pobres nos dejas.

 (julio 2012)

 

 
   HAIKU DE LA LLAMADA  
   

Cantando solo

el ruiseñor espanta

su soledad.

(marzo 2014) 

 

 
   HAIKU DE LA ESPERANZA  
   

El cauce helado

precipitará el río

a su calor.

 (abril 2014)

 

 
   HAIKU DEL DOLOR COMPARTIDO  
   

La alondra herida

desangra amargo canto.

Eco la cura.

 (marzo 2014)

 

 
   HAIKU DE LA ENTREGA  
   

La flor abierta

entrega al colibrí

néctar de vida.

 (marzo 2014)

 

 
   HAIKU DE LA COMUNIÓN  
   

Gozo y tristeza:

vasos comunicantes

comparten todo.

 (marzo 2014)

 

 
   HAIKU DE LO PERDIDO  
   

Gran Okavango,

su caudal se hunde y muere

en el desierto.

 (mayo 2014)

 

 
   HAIKU DE LA ERUPCIÓN  
   

Volcán ardiente,

pese a la negra roca,

estallará.
(mayo 2014)

  

 
   HAIKU DEL MAL AUGURIO
 
   

Scilla y Caribdis,

entre dos tierras firmes,

naufragio auguran.
(mayo 2014)

  

 
   HAIKU DE LA DECEPCIÓN 1  
 

 

Se da de bruces

contra la fría roca

de amor negado.
(mayo 2014)

  

 
  HAIKU DE LA DECEPCIÓN 2  
 

 

No más negarlas,

se volvieron ceniza

las cuatro estrellas.
(mayo 2014)

  

 
  HAIKU DE MÚSICA  
 

 

“El nuevo mundo”,

segundo movimiento,

tempo de amor.

 (mayo 2014)

 

 
   HAIKU DEL REGALO  
   

Su tierna boca  

convirtió en mes de abril  

aquel septiembre.

 (octubre 2014)

 

 
   HAIKU DE LA CARICIA    
   

Sube espiral

hasta la cumbre erecta 

de la caricia. 

 (noviembre 2014)

 

 
   HAIKU DE LA AÑORANZA  
   

Saboreaba 

sobre su lecho cálido 

signos de amor.

 (noviembre 2014)

 

 
   HAIKU DEL SUEÑO   
   

Placer completo 

incendia de hermosura 

el rostro hermoso.

 (diciembre 2014)

 

 
   HAIKU DE LA UNIDAD  
   

Pese a ser dos,

sus cuerpos saben bien

que son solo uno.

 (diciembre 2014)

 

 
   HAIKU DE LA SOLEDAD 2  
   

Se encripta y repta

por los huesos del alma

la soledad.

 (diciembre 2014)

 

 
   HAIKU DE LA SOLEDAD3  
   

Desliza en sangre

la soledad del alma

su linfa fría.

 (diciembre 2014)

 

 
   HAIKU DE DOS AMIGOS  
 

 

No por la sangre: 

por lealtad y cariño 

son dos hermanos.

 (diciembre 2014)

 

 
  HAIKU PARADOJA  
 

 

Blanco y azul,

Moncayo une y separa 

lo inseparable.

 (diciembre 2018)

 

 
  HAIKU DE OTOÑO  
 

 

El viento arrastra 

hojas que fueron verdes.

El viento, el tiempo.

  (diciembre 2018)

 

 
  HAIKU DEL TRANSPARENTE  
 

 

Abrió los suyos.

Vio otros miles de ojos 

que no lo veían.

  (diciembre 2018)

 

 
 

HAIKU DE LA AÑORANZA

 
 

 

Un mes de octubre

la hermosura del árbol

se libró de hojas

(enero 2019)

 
     

  

Lunes, 23 Diciembre 2019 18:47

Abejaruco

Abejaruco1Desde el día en que lo vio por primera vez posado en la rama seca del álamo viejo del jardín, Ana quedó prendada de la hermosura de aquel pájaro. Tuvo que cerrar y abrir los ojos varias veces para asegurarse de que no estaba soñando: ¿Cómo eran posibles tantos colores y tan bonitos en un ave tan pequeña?: El azul intenso de la parte inferior del cuerpo separado del amarillo del cuello por una línea de plumas negras; el negro del pico que se prolongaba hasta la parte posterior de la cabeza enmarcando los ojos rojos; los marrones amarillentos, ocres y dorados del lomo y las alas… ¡Y lo bien que cantaba! Cuando alzó el vuelo, la pena que le causó verlo alejarse quedó en parte compensada por la posibilidad de contemplar la hermosura de la parte inferior de sus alas desplegadas en un vuelo planeador que después se quebraba en ágiles y violentos giros.

-Papá, yo quiero tener un pájaro como ese en la pajarera de casa – gritaba Ana entusiasmada.

-¿De qué pájaro hablas?

-De ese…que se ha escapado. Uno que tiene unos colores chulísimos… y que planea…

-Ya, ya. “Colorines” los llamo yo, pero se llaman abejarucos.

-Pues yo los llamo ¡ladrones! – era la señora Juana, la melera, que había aparecido en el jardín para ofrecer a los padres de Ana sus botes de ricas y variadas mieles que tanto le gustaban a la niña.

-Y ¿por qué los llama ladrones – protestó Ana – si son tan..?

-Ladrones, que te lo digo yo ¿Sabes por qué se llaman abejarucos? Pues porque se comen las abejas, mis abejas. Si te dejan tus padres, te vienes un día conmigo a visitar mis colmenas y allí los verás revoloteando para llenarse la tripa con las abejas que hacen esa miel que tanto te gusta a ti y que a mí me da de comer. ¡Una plaga de ladrones es lo que son!

-Mujer, Juana, - replicaba el padre de Ana - que también comen moscas, avispas y mariposas y libélulas y..

-Lo que más les gusta, mis abejas. Mira que tienen cerca del río sus nidos del terraplén. Pues se tienen que venir a las colmenas a zampar. Abejarucos se llaman. No hay más que explicar..

Al hemano mayor de Ana ni le gustaban ni le interesaban para nada los pájaros ni las colmenas, le gustaba sobre todo pescar, bueno, y nadar. Pero ella insistió una y otra vez hasta consiguió que la acompañara primero a las colmenas de Juana y después al terraplén de los nidos de abejaruco. A su padre fue al primero que se lo pidió, pero él solo se ofreció a acompañarla al terraplén de la orilla del río: lo de las colmenas le pareció peligroso.

            -Papá, para eso no me haces falta: yo ya sé ir sola a ese terraplén lleno de agujeros que ahora me he enterado de que son nidos de abejaruco.

            -Bueno, pues en compensación te voy a enseñar el trozo final de un poema que habla del abejaruco. Es de García Lorca, el poeta granaíno:

Pespunte de seda virgen
tu canción.
Abejaruco.
Uco uco uco uco.
Abejaruco.

            -¡Qué gracioso! Uco uco uco uco. – palmoteaba Ana -Y eso de la seda virgen está muy bien porque los abejarucos parecen de seda ¿a que sí?.

           

Un día que sus padres tenían visita, Ana les comunicó que se iba con su hermano a ver los nidos de abejaruco.

            -¡Cuidado con esa orilla del río: es muy fangosa! – recomendó la madre.

En realidad pasaron primero por las colmenas de Juana y quedaron convencidos de que la melera o mentía o exageraba mucho: solo vieron revolotear a un abejaruco cuando ya se marchaban. Seguramente iría a comerse alguna abeja pero… de eso a ser ladrones todos los abejarucos...

Lo que sí les entusiasmó fueron los nidos de aquellos pájaros maravillosos. Allí sí había un montón de “colorines”, como los llamaba su padre, entrando y saliendo de aquellos agujeritos que horadaban todo el terraplén: Ana contó 37 nidos, redondos, igualitos. Al llegar, los pájaros casi siempre llevaban algo en el pico y salían sin nada.

abejaruco en nido  colonia abejarucos 

            -Eso es que dan de comer a sus pollos – explicaba su hermano – Y mira, mira aquel nido del que, cada poco, sale despedido algo de tierra: seguro que allí hay algún pájaro haciéndose un nido nuevo.

Ana no pestañeaba. ¡Qué maravilla! Y qué listo era su hermano. Poco después salió un abejaruco de ese nido nuevo. A pesar de que no parecía que se hubiera ensuciado, sacudió las alas y volvió a meterse a cavar. ¿Se podía ser más limpio? Así estaban siempre que parecían de seda.

Observó Ana que, al salir de sus nidos, los “colorines” bajaban a la orilla del río o se metían en el soto y volvían en seguida trayendo en el pico un abejorrro, una libélula o una mariposa y se metían en su nido, a cebar a los polluelos, seguro. Juana no tenía razón: no se atracaban de abejas.

Cuando advirtieron que el sol casi rozaba las copas de los chopos, volvieron a casa para que sus padres no se impacientaran. Se prometieron volver otros días: los abejarucos eran maravillosos.

Y así lo hicieron durante semanas. Unos días se fijaban en su canto. Otros en su forma de volar. Discutían acaloradamente sobre cuál era el más bonito de los colores de su plumaje. A Ana se le ocurrió un día poner, al pie del terraplén, un platito con miel para que acudieran avispas y moscas y sus abejarucos pudieran cazar mejor. Solo lo hizo un día porque aquello le pareció que era… hacer trampas.

Un día en que Ana volvía sola a visitar a sus amigos, vio algo que superaba todo lo que h ubiera podido imaginar: en una ramita sin hojas, nueve polluelos de abejaruco, pegaditos uno a otro, parecían estar calentándose al tibio sol de la mañana mientras componían la más hermosa estampa posible de formas y colores. Ana, que se había sentado en el suelo sin darse cuenta, pasó allí rato y rato contemplando entusiasmada aquel cuadro único que la naturaleza le regalaba.

De pronto, al canto estridente de uno de los abejarucos adultos, los nueve polluelos volaron rápidos y se ocultaron en dos nidos cercanos entre sí.

Con los ojos llenos de lo que había contemplado, Ana se puso en pie y caminaba ensimismada hacia su casa cuando casi tropezó con su padre que venía a buscarla:

            -¿Qué te pasa, Ana?

            -Nada, nada, papá. – Muy seria y mirándolo a los ojos, añadió - Que quería decirte una cosa: Ya nunca querré meter un abejaruco en una jaula. Aquí es donde tienen que estar.

 

 
abejarucos